El fin de semana permitió sumar a un puñado de gobernadores al pequeño lote de mandatarios que recogió el llamado del miércoles de Alberto Fernández a aplicar mayores restricciones para combatir la trepada de contagios de la segunda ola, y anunció en esa línea la suspensión de las clases presenciales por dos semanas
Sin embargo, el grueso de los Ejecutivos mantiene por el momento la apuesta a la asistencia a las aulas, bajo el argumento de que el nivel de contagios en los establecimientos educativos es bajo, por la aplicación de protocolos. Y de que por ahora no transita una situación epidemiológica tan extrema como la que golpea al AMBA.
El decreto presidencial anticipado el miércoles alcanzó de manera directa al AMBA. La medida de freezar las clases presenciales hasta el 30 de abril comenzará aplicarse hoy en 35 municipios del Conurbano, mientras que anoche un fallo judicial ordenó la continuidad de la presencialidad en CABA. La semana pasada primereó y se plegó, en soledad, el catamarqueño Raúl Jalil, con alcance a toda la provincia. Y ese acotado club sumó luego sólo unos pocos nuevos socios. Ayer fue el turno del riojano Ricardo Quintela, también del Frente de Todos, como parte de un paquete de restricciones más amplio para intentar bajar la circulación.
Horas antes había avanzado en esa medida el formoseño Gildo Insfrán (ya tenía 100% de virtualidad en las dos principales ciudades). Y en una posición intermedia se ubicó el chaqueño Jorge Capitanich, con el anuncio del ingreso temporario a la virtualidad total en 23 localidades, incluida la ciudad de Resistencia. Ya Santa Cruz, en línea con Formosa, sostiene cero presencialidad en las principales localidades.